Cuando una mina está cerrada, todos los tramos que se han minado se llenan, apoyan y aseguran por razones de seguridad. Sin embargo, esto no puede evitar daños a las montañas.
Los pavimentos rotos y las grietas en la mampostería son ejemplos de tales daños mineros. El detonante: un túnel en desuso no se llenó correctamente. Tal túnel, que todavía alberga peligros, se llama «anciano» en el lenguaje de los mineros.
Las rutas subterráneas abandonadas y en desuso suelen estar cerradas con dos postes o postes dispuestos en forma de cruz de San Andrés.
Es posible que los mineros ya no utilicen esas rutas marcadas. Si lo hace, puede provocar accidentes mineros desastrosos.